El análisis del contexto expositivo suele ser el primer paso de Cleverson Salvaro para elaborar sus obras, que dicen mucho sobre la coyuntura geográfica, económica, social y cultural de los lugares que habitan.

En Frestas, Salvaro presenta una escultura inédita, cuya forma se asemeja a algo entre un muro y un portal, construida en un terreno fronterizo entre Sorocaba y Votorantim. El trabajo remite a discusiones sobre territorio y frontera, sin embargo carga un dato más específico en su localización. Durante años, los dos municipios disputaron judicialmente la retención de los impuestos del Shopping Esplanada, que fue erigido con una parte en cada municipio.

La escultura también remite a otro embrollo de Sorocaba, una estructura de cerca de veinte metros de altura conocida como Aranha do Vergueiro [Araña de Vergueiro] por la población local. Erguida originalmente en la década de 1960 para ser una gran iglesia, la forma de la construcción de cemento recuerda a una araña y se encuentra abandonada. Salvaro planeó construir su escultura en capas de modo que pudiera abandonarse en cuanto los recursos destinados a su construcción se agotasen. La obra fue idealizada para lanzarla aún incompleta, su discontinuidad es intencional y su concepción se origina en el campo de su propia falencia proyectual.