São Paulo, 1987
Identidades mutantes, el “yo” fragmentado y la flexibilización de roles en el mundo del trabajo son ideas cada vez más presentes en nuestro cotidiano. Aún en disputa, estos conceptos tienden, por un lado, a alinearse con el biopoder, por medio del cual la etapa actual del capitalismo fragmenta los derechos de los ciudadanos y se inserta en su vida digital, o second life, generando más capital. Por otro lado, ciertas flexibilizaciones también apuntan a experimentos y sumas que posibilitan situaciones antes poco imaginadas. A comienzo de los años 2000, el artista Ricardo Basbaum apostó en el concepto “etc” para tensionar las categorías de trabajo que conforman el sistema de las artes visuales: “Cuando el artista cuestiona la naturaleza y la función de su papel como artista, escribiremos ‘artista-etc’ (de modo que podremos imaginar diversas categorías: artista-curador, artista-escritor, artista-activista, etc)”.
Artista-etc (o curador-etc, cantante-etc, clubber-etc), Bruno Mendonça se coloca como un agente que transita entre el interior y el exterior de este sistema. Por medio de impresos, muestras o de vocalizaciones al micrófono, crea ambientes y plataformas – muchas veces temporarios – para discutir y problematizar no solo el medio artístico, sino también sexualidad, género, o cualquiera de las categorías fijas de la cultura y de la vida en la ciudad. Internet es un dispositivo más para su producción, y fue el ambiente en el que desarrolló sus frentes de trabajo para Frestas, por medio de posteos, ejercicios de spoken words, collages, testimonios “after party” que, después de un tiempo en diferentes redes sociales, se transforman en una publicación online, lanzada con una performance banco-micrófono en el Sesc Sorocaba.