Gala Berger
Villa Gesell, 1983
Una casa de té abierta para charlas y donde cada artista creaba un sabor de la bebida para vender; una galería llamada Inmigrante para provocar la costumbre de los argentinos de no sentirse locales, sino “inmigrantes europeos”; un museo ubicado en un pequeño espacio, cuya colección está guardada en un HD, con instrucciones para el montaje de obras en cada exposición. Esos son los espacios fundados con otros artistas y curadores por Gala Berger, artista que alía la producción de sus obras a acciones públicas, políticas y colectivas de creación de ambientes. Estos proyectos se dedican a apoyar el trabajo de los artistas contemporáneos en la Argentina y a buscar una política más comprometida con cuestiones políticas.
Al defender la ausencia de diferencias entre lo alternativo y lo masivo, Berger convierte las posibilidades de tránsito entre el arte y la crítica institucional en la base conceptual de sus proyectos. En prácticas volcadas hacia la organización de espacios y obras, presentó Cipher (2014), una propuesta de curadoría de la colección de la Galería Ruth Bencazar de Buenos Aires, presentada en el estacionamiento. En la performance La montaña que come hombres (2017), realizada en el Museo Histórico de Villa Gesel, agregó a la narrativa de la institución documentos que trataban de la presencia boliviana en la ciudad, fundamental para su construcción e inviabilizada en su imaginario.
En esta segunda edición, la Trienal da un paso más para construir su identidad y presencia en el panorama brasileño e internacional del arte contemporáneo. En esta historia todavía breve, el evento aún no constaba en Wikipedia, ausencia que le permitió a Berger una ocupación de ese espacio de representación institucional. A través de una escritura ficcional pero verosímil, Frestas – Trienal de Sorocaba fue descripta por la artista haciendo menciones directas (o links) a algunas pautas del fatídico año 2017, en el cual la izquierda y los derechos humanos y civiles están amenazados por una derecha en ascensión. La entrada se ha divido en: ¿Sur? Sul? South?, Contra el capitalismo, disidencias y salvajismos y Manos arriba no disparen. Al inventar relatos de cuatro (y no solo dos, como de hecho ocurrió hasta ahora) ediciones de la muestra, Berger señala posibles encuentros y conflictos entre el arte y la política en un presente incierto y un futuro en (des)construcción.